Novelas > Recóndita armonía

Novelas

Portada - Recóndita armonía


Recóndita armonía


Recóndita armonía es la historia de dos amigas, Helena y Blanca, con el telón de fondo de los años de la República y la guerra civil de 1936 .

Se conocieron en un internado a los quince años y se quisieron toda la vida, a pesar de que eran casi opuestas en su manera de pensar y de actuar. Helena buscaba la aventura y el cambio y quería dejar una huella de su paso por el mundo . Blanca solo anhelaba la tranquilidad y la compañía de los seres queridos.

Portada - Recóndita armoníaJuntas descubrieron la amistad, el sexo, el amor y también el dolor , las injusticias y la muerte. Varios hombre marcaron hitos importantes en sus vidas, pero con ninguno de ellos vivieron una relación tan íntima como la que mantuvieron entre ellas. Eran más que amigas y más que amantes. No les hizo falta poner nombre a sus sentimientos. Se limitaron a vivirlos y encontraron , más allá del desorden y del caos, una armonía que dio sentido a sus vidas.

En el fragmento siguiente Blanca, que es huérfana y pertenece a la clase media , recuerda la primera vea que fue a casa de Helena para conocer a su familia . Helena le había hablado muchas veces de su padre , un aristócrata de ideas liberales y agnóstico, que va a jugar un papel decisivo en la vida de las dos mujeres:

"Allí estaba al fin marqués de Resende, el padre de Helena, el hombre que no creía en el Más Allá ni en las almas . Me pareció el hombre más atractivo que había visto en mi vida: guapo, elegante (...) sus movimientos eran una combinación perfecta de fuerza y armonía (...) Me di cuenta de que el tono cálido de la rubiez de Helena , aquello que la hacía tan distinta de las rubias descoloridas del colegio o de la blancura de iglesia de su madre, procedía de él , de sus ojos y su pelo castaño, del tono moreno claro de su piel. En fin , aquel día Eduardo rompió mis esquemas sobre lo que era un padre y, en general, sobre el sexo masculino.

Hasta entonces, para mí los varones se repartían en unas categorías muy claras . Formaban una escala gradual en cuyos extremos estaba los niños y los viejos. Cercanos a estos se encontraban los señores que, a su vez , se subdividían en padres y tíos. Todas estas categorías carecían por completo de atractivo viril , la cuestión ni se planteaba.

La capacidad de gustar quedaba reducida a la zona central del espectro, ocupada por los chicos, que podían ser chicos jóvenes , de diecisiete a veintidós, y chicos mayores, cuyo límite andaba por los treinta.

Eduardo, con gran sobresalto para mi corazón de quinceañera , inauguró de forma inesperada y arrasadora la categoría de los hombres. Eduardo fue mi primer hombre , y ante aquel descubrimiento deslumbrante las otras presencias se borraron".

 

derechos reservados por Marina Mayoral